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"CUANDO LAS REPRESAS FUERON DERROTADAS"

Mis primeros años en San Martín de los Andes fueron excepcionalmente especiales, por decir lo menos. Fue un tiempo de descubrimientos, de experiencias que nunca había imaginado. Por supuesto, conocía la belleza de los bosques nativos de la Patagonia, sus valles, ríos, lagos, glaciares, montañas, vida silvestre y, sobre todo, sus truchas. Como pescador de mosca había estado en San Martín, Junín y en otras áreas de la Patagonia muchas veces antes, pero vivir allí excedía mis expectativas más insospechadas. Yo era muy consciente de ello, y me complacía enormemente. Me había convertido en una guía de pesca con mosca y disfrutaba cada segundo de mi nueva vida. Estaba encantado con mi decisión de hacer de la Patagonia mi hogar, ya que imaginaba vivir en el paraíso por muchos años más, pescando con mosca los prístinos ríos patagónicos. Nada podría arruinar el futuro que se avecinaba.

Y las consecuencias e implicancias eran interminables y brutales, ya que había otro aspecto en el tema de construcción de represas, uno que la industria estaba menos dispuesta a mostrar. Incluía: destrucción ecológica masiva, miseria social, el aumento de la mala salud y el empobrecimiento de las mismas personas que se decía que eran las más beneficiadas:

- Muy poco de los alimentos cultivados a través de esquemas de irrigación llega alguna vez a los necesitados;a largo plazo, esos planes de riego transforman vastas áreas de tierras fértiles en desiertos incrustados de sal; la industria preservada por las represas socava aún más el suministro de alimentos debido a la contaminación y la destrucción de las tierras agrícolas.

- Millones de personas son desarraigadas de sus hogares para dar paso a los embalses de las grandes represas; sus vidas sociales se hacen añicos y sus culturas son destruidas; su salud es puesta en peligro por las enfermedades transmitidas por el agua introducida por esos embalses y sus obras de irrigación asociadas.

 - Se sospecha que las represas provocan terremotos; no controlan las inundaciones y aumentan la gravedad del daño causado por las inundaciones; y en muchos casos, reducen la calidad del agua potable para cientos de millones de personas.

- Los verdaderos beneficiarios de las represas a gran escala y los esquemas de desarrollo hídrico son invariablemente grandes compañías multinacionales con "influencia gubernamental" (usando la fuerza del gobierno para imponer su voluntad), las elites gobernantes del Tercer Mundo y los políticos que encargan los proyectos.

Intentemos una taxonomía de las consecuencias e implicancias de las represas:

  • Los problemas del reasentamiento: 1- Un registro de fallas. 2- Insensibilidad del gobierno. 3- Falta de compensación y tierra inferior. 4- Destrucción social y cultural. 5- Resistencia al reasentamiento. 6- Diferencias étnicas ignoradas. 7- Vivienda inadecuada. 8- Vivienda y la integridad de la cultura tradicional. 9- El camino al barrio bajo.

  • Cerrar una represa: pérdida de tierras y vida salvaje aguas arriba, pérdida de sedimentos y fertilidad aguas abajo: 1- Pérdida de bosques y vida silvestre por inundaciones. 2- La reducción de la fertilidad aguas abajo debido al embalse. 3- Pérdida de limo y erosión costera.

  • Pérdidas de agua: 1- Pérdidas por evaporación. 2- Pérdidas por transpiración: el problema de las malezas acuáticas. 3- Pérdidas debido a filtraciones y uso excesivo de agua.

  • Los efectos del riego perenne en las poblaciones de plagas: 1- Las represas y las enfermedades. 2- Malaria. 3- Esquistosomiasis. 4- Filariasis y Oncocercosis. 5- Enfermedades como resultado indirecto de proyectos hídricos. 6- Contaminación de plaguicidas y destrucción de pesquerías.

  • Las fallas de las represas y los terremotos: 1- El fracaso de una estrategia. 2- Deforestación, erosión e inundaciones. 3- Los problemas de construir en las llanuras de inundación. 4- Controles estructurales que no funcionan. 5- La compensación entre el control de inundaciones, la energía hidroeléctrica y el riego.

  • El problema con la salinización: 1- Irrigación y salinización, la conexión íntima. 2- Anegamiento (Waterlogging). 3- Los problemas del no drenaje.

  • Gestión y mantenimiento - Problemas perennes: 1- Una preocupación de baja prioridad. 2- La ignorancia burocrática. 3- Falta de responsabilidad. 4- Los problemas entre los alimentos y los cultivos comerciales. 5- Cultivos comerciales y la degradación de tierras agrícolas. 6- Cultivos comerciales y aumento de los precios de los alimentos.

  • La pérdida de tierra y agua para la industria y la urbanización.

  • La contaminación provocada por represas y la reducción de los suministros de alimentos.

  • Sedimentación (el camino de todas las presas).

  • Falsear los libros: Estudios de costo-beneficio: EL PATRÓN DE FALSIFICACIÓN.

  • Sobreestimar los beneficios, subestimar los costos.

  • Cambio climático.

 

 

 

Era entonces el año 1986 y, en un creciente estado de alarma, decidí acercarme a las personas que se verían más afectadas: vecinos, estancieros, chacareros, granjeros, pescadores, pobladores cuyas tierras se inundarían e incluso clientes de diferentes países (principalmente Americanos). También me reuní con el intendente de San Martín de los Andes y otros funcionarios del gobierno. Las reacciones iban desde el apoyo hasta la minimización del problema o simplemente la indiferencia, pero a la gente en general no le gustaba la idea de una represa en el río Collon Cura.

Yo firmemente los instaba  a que "vayan y vean por ustedes mismos, miren con detenimiento el enorme embalse de la represa de El Chocón de los años 60, o el de la represa de Alicura". Eso es exactamente lo que sucederá aquí; inundará todo el Collon Cura e inundará los ríos Malleo, Chimehuín, la mitad del Río Aluminé y mucho más. Y eso no es todo, tienen más proyectos aún, todos nuestros ríos van a ser destruidos. ¡Es una bomba de tiempo! La represa de Collon Cura es una amenaza inminente; es parte de un complejo de represas aprobado y en curso. Vayan y vean el trabajo que se está realizando en Piedra del Águila”.

Teniendo en cuenta que estos proyectos fueron diseñados y llevados a cabo por el gobierno nacional (Hidronor), decidí contactar a los políticos locales. Esto requiere una explicación sobre las características de la Provincia del Neuquén. Es una de las pocas provincias gobernadas no por un partido nacional, sino por un partido provincial independiente. Esto implica una afirmación frecuente por parte de sus integrantes de que “somos nuestro propio partido", "cuidamos los intereses de nuestro pueblo" y "lo que sea que beneficie a nuestra provincia". Esa es la retórica que usaban y lo que estaba sucediendo en nuestra comunidad. No siempre estaban del lado del gobierno nacional cuando sus intereses diferían de los de las políticas nacionales.

A pesar de que no era tan consciente de las implicancias de eso en ese entonces como lo soy ahora, fue una buena movida. Por ejemplo, cuando me acerqué a Alejandro del Valle,  jefe de biólogos del Centro de Ecología Aplicada del Neuquén (CEAN), él inmediatamente entendió la amenaza y ofreció su apoyo. Otro partidario acérrimo fue el Ing. Roberto Sacconi, quien (junto con su hermano Aníbal y Alberto Madeja) había establecido en Junín de los Andes una fábrica de reels de mosca llamada STH (que luego fue también conocida en los EEUU). Todos empezamos a movernos y a hacer lobby y mientras otros también se unían, la campaña para detener la represa finalmente estaba en camino.

Sin embargo, realmente, no sabíamos qué argumentos usar, a quién dirigirnos o a qué apuntar que tuviera racionalidad y fuerza. Adolecíamos de una falta de conocimiento del verdadero problema que significaban las grandes represas. No teníamos argumentos contundentes. ¡Era una ecuación extremadamente difícil! Lo único que podíamos hacer era poner el grito en el cielo y armar lío y eso es exactamente lo que hicimos. Los días de inauguración de las temporadas de pesca simulábamos bloquear las rutas, quemábamos neumáticos y colocábamos carteles con calaveras y huesos cruzados que decían HIDRONOR = PELIGRO. También deteníamos el tráfico, les contábamos a todos sobre la difícil situación del futuro de nuestros ríos y repartíamos volantes antes de que siguieran su camino (los volantes eran muy explicativos de los proyectos de represas, incluyendo cómo iba a verse el mapa luego de su construcción). A la gente realmente le caía bien lo que hacíamos (la mayoría de los que venían eran pescadores). Era una causa noble, especialmente entre los pescadores de mosca. Sentimos que estábamos luchando la buena lucha, esforzándonos por hacer que nuestra causa fuera popular, y tener éxito, al menos localmente.

"Se hizo evidente que involucraban a todos los ríos, grandes o pequeños, donde pescábamos y guiábamos"

Además, ¿quién determinaría cuál era el bien superior? ¿Los políticos? ¿Los burócratas? ¿La entidad a la que se le otorgó el permiso exclusivo para construir las represas? Y sí, esto podría hipotéticamente "beneficiar" a la ciudad de Buenos Aires a 1.700 km de distancia, pero ¿por qué debería ser a costa nuestra? ¡Simplemente no podíamos permitir que nuestro amado paisaje patagónico se convirtiera en una cadena de embalses! ¡No podíamos permitir que arruinen nuestras vidas!

Así fue que se corrió la voz, no solo sobre la represa de Collon Cura sino también sobre el plan de cuatro represas más río arriba, donde el río Collon Cura cambia su nombre a Aluminé: las represas llamadas Talelum, El Chenque, La Media Luna y El Gato. Para empeorar las cosas, querían desviar el agua del río Caleufu hacia el Limay Chico (un brazo del Limay Superior) para alimentar la represa de Alicura y construir otra represa en el río Traful Superior, donde están los rápidos. Luego venían los ríos Malleo y Chimehuín, dos de los mejores ríos de trucha del mundo. No sólo se construiría una represa en cada río, sino que un tubo a través de la montaña suministraría agua desde el Malleo hasta la boca del Chimehuín, donde harían otra represa. ¡Esto podía convertirse en una pesadilla sin fin! ¡Tenía que ser parado!

¡Es más fácil decir que hacer! La verdad del asunto era que, a pesar de toda la atención pública y el creciente apoyo a nuestra causa,todavía no teníamos ninguna información que pudiera proporcionar un argumento sólido contra la construcción de las represas. Hasta que, en marzo de 1988 algo inusual sucedió  cuando guiaba a un cliente llamado Danny Weinstein* en el río Malleo. Un día recibí una carta de alguien con el nombre de Mark Dubois, invitándome a participar en un simposio internacional contra "grandes represas" que se celebraría en San Francisco. No tenía idea de quién era o cómo había oído hablar de mí. Entonces, esa noche durante la comida, decidí mencionarle la carta a Danny.

El viaje de pesca de Danny llegó a su fin, pero nos mantuvimos en contacto. Pasó el tiempo y, como estaba previsto, en junio me subí a un avión rebosante de expectativas. Fue todo un viaje: de San Martín de los Andes a Buenos Aires, luego a Miami y otra parada hasta que finalmente llegué a San Francisco.

Una vez que busqué mi equipaje estaba listo para irme a lo de Danny. Pero eso no sucedió. En cambio, me encontré con Mark Dubois y un séquito de personas de diferentes países. Tan pronto como terminaron las presentaciones, Mark me dijo que esa noche  dormiríamos en carpas para ir a flotar el Kings River al día siguiente. Y allí estaba yo, cansado después de semejante viaje, de saco y corbata, y no exactamente de humor para pasar una noche en una carpa. Pero yo era joven entonces, ¿y cómo podría haberme negado?

A la mañana siguiente, después de dormir muy bien en mi carpa, me dieron un traje de agua y nos fuimos al Kings River, donde las balsas esperaban. Remamos a través de grandes rápidos de agua blanca y, como era de esperar, algunos volaron por la borda y tuvieron que ser rescatados. Por supuesto, todos estábamos equipados con chalecos salvavidas, y nadie estaba en real peligro. ¡De hecho fue muy divertido! Me di cuenta de que Mark había tenido una gran idea al hacer que todos nosotros tuviéramos una experiencia de primera mano del río, una sensación real de lo que significaría si se perdiera para siempre.

Finalmente llegué a lo de Danny. Él y Suey, su mujer, fueron maravillosos anfitriones. Después de llevarme a la habitación de huéspedes Danny me dijo que ellos viajarían en un par de días, pero “podés quedarte todo el tiempo que quieras. Antes de partir, entrá todo el correo, dejá la puerta trabada y las llaves adentro, y asegurate de no olvidarte ninguna de tus pertenencias porque no podrás volver a entrar. Mientras tanto, mi casa es tuya”. Y eso fue todo.

Fui y volví de lo de Danny al simposio todos los días. No recuerdo exactamente cuánto duró, tal vez 3 o 4 días. Fue un evento masivo, probablemente uno de los más concurridos en el que he estado. Había personas de China, Noruega, India, Estados Unidos, Canadá, así como países europeos, africanos, asiáticos, sud y centroamericanos. Conocí a mucha gente interesante y estuve encantado de hablar con Patricia Adams, quien, junto con Lawrence Solomon, había escrito un libro titulado "En nombre del progreso", que fue una verdadera revelación.

Es de imaginar mi sorpresa cuando respondió: "Ese debe ser Mark Dubois. Lo conozco "." Sí ", dije, "exactamente, es él "." Es un gran tipo ", continuó Danny," todo el mundo lo conoce y lo respeta. Él es un rafter. Una vez, incluso, se encadenó a una roca para evitar que se llenara una represa. Ese hecho recibió mucha atención de los medios, y se hizo un nombre como el guerrero de los ríos. Es un héroe”. Yo escuchaba atónito mientras me decía: "De paso te digo que yo vivo en San Francisco. Definitivamente deberías venir. Podés quedarte en mi casa”. Así que le escribí a Mark Dubois aceptando la invitación. Fue el primer simposio internacional organizado por International Rivers Network que se celebraría en junio de 1988 en la ciudad de San Francisco, California.

"Me impresionó el nivel de corrupción. Un gobierno es un monopolio consecuentemente, cuando dirige una entidad que construye represas..."

Hubo innumerables ejemplos de todo el mundo, como la represa de Kariba en el Zambeze, la represa de las Tres Gargantas en el Yangtzé y sus consecuencias desastrosas. Hubo un flujo interminable de casos, explicando cómo comenzaron y se llevaron a cabo los proyectos, de dónde vino el dinero y dónde fue a parar, qué pudo haber sido hecho o qué debería haber sido hecho y qué pudo haber sido evitado. El denominador común es su notorio impacto social y ambiental.

Se hizo evidente que la razón para construir represas difería radicalmente de lo que me habían dicho. La mayor parte, si no toda, involucraba corrupción. La verdad es que una vez que una entidad como Hidronor en nuestro caso, o el Cuerpo de Ingenieros del Ejército en los Estados Unidos se forma, se convierte en un tipo de tumor maligno que simplemente tiene que seguir creciendo. La única forma en que esos organismos pueden mantenerse vivos es continuar haciendo aquello para lo que fueron creados.

Me impresionó el nivel de corrupción. Un gobierno es un monopolio consecuentemente, cuando dirige una entidad que construye represas, obviamente  presidentes, ministros, gobernadores, burócratas y políticos recurren a préstamos del Banco Mundial u otras agencias como las ya mencionadas. Luego otorgan una "concesión", "permiso" o "licencia" para la construcción de represas a una empresa con “influencia gubernamental” que usará la fuerza del gobierno para hacer lo que sea necesario para construir una gran represa. El costo real es irrelevante ya que, por su propia naturaleza, debe ser financiado a través de impuestos: las grandes represas no son más que caprichos del gobierno, no ecuaciones, decisiones o cálculos basados en el mercado. Por no hablar de las consecuencias a corto y largo plazo, el sedimento y el limo, las enfermedades y los problemas insuperables que generan.

Llegué a comprender lo que nunca había sospechado o imaginado: la conexión entre el Banco Mundial y otras agencias extranjeras de ayuda financiera como la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos, la Agencia Canadiense para el Desarrollo Internacional, la Administración para el Desarrollo de Ultramar de Gran Bretaña; bancos comerciales como Chase Manhattan y el Canadian Imperial Bank of Commerce; organismos de promoción de exportaciones como Export-Import Bank en los EE. UU., Export Development Corporation en Canadá, etc., y los gobiernos de los países donde se construirán represas, los políticos, las corporaciones o entidades con la tecnología y el “know-how” que construían las represas.

Se me acercaron algunos asistentes de Noruega que, al oírme decir que el nombre de la empresa que estaba construyendo las represas en la Patagonia era Hidronor, me preguntaron si "nor" tenía que ver con Noruega. Le expliqué que no tenía nada que ver con su país, que  en realidad significaba "norte" en castellano. Su preocupación realmente me impresionó.

Cuando terminó el simposio de International Rivers, Mark me pidió que diera una charla en la Universidad de Berkley que acepté gustosamente. Era un público más pequeño pero muy en sintonía con el tema. Mostraron su compromiso escribiendo al gobernador y a las autoridades políticas del gobierno nacional y de la provincia de Neuquén, donde se construirían las represas.

Ya habiendo adquirido una visión más profunda de las estratagemas utilizadas por los gobiernos para lavarle el cerebro de la gente en la creencia de que las represas eran beneficiosas, a continuación, me concentré en sus consecuencias. 

"Porque nos atrevimos a seguir nuestro corazón, hemos cambiado parte de la historia".  - Mark Dubois

"Cuando no tengo miedo de morir, soy libre de hacer cualquier cosa" 

- Mark Dubois

por JORGE TRUCCO

Había muy poca gente viviendo en San Martín a fines de los 70, probablemente alrededor de 6,000, por lo que la mayoría de nosotros nos conocíamos y la vida era agradable. Sin embargo, en una fría mañana de invierno de 1979 sucedió algo inesperado cuando entré en la Oficina de Turismo (dirigida por el gobierno provincial). Conocía a la gente de allí y era un visitante frecuente. Esa mañana, algo que nunca había visto antes me llamó la atención. Algunos folletos y panfletos con mapas y dibujos inusuales estaban en exhibición. Mientras miraba a través de uno gradualmente entendí de qué se trataba, proyectos de represas en nuestros ríos. ¡Los folletos realmente mostraron las represas que planeaban construir en los preciados ríos de nuestra área! Los llevé a casa para analizarlos en profundidad.

Quería saber quién los había publicado, quién era el responsable, pero no podía obtener ninguna respuesta. No había absolutamente ninguna información sobre los autores. Decidido a averiguar, pregunté hasta que supe de una compañía, propiedad del gobierno nacional, llamada Hidronor. Había sido creada con un único propósito: la construcción de una represa cerca de la ciudad de Neuquén, sobr el Río Limay Inferior, llamada El Chocón. Eso fue en 1967, cuando yo era un adolescente. Era una gigantesca represa, que fue presentada al pueblo argentino como un gran logro, una hazaña extraordinaria de ingeniería que generaría electricidad para las ciudades de todo el país en las generaciones venideras, además de irrigar un millón de hectáreas. Prácticamente todo el mundo lo aceptaba, nadie pensaba en cuestionar su impacto.

Ahí fue donde comenzó todo. Aunque no lo sabía entonces, la experiencia me ha enseñado que una compañía como Hidronor no sería desmantelada después de haber construido una represa como la de El Chocón. Todo lo contrario, estaba muy viva. Después de la finalización de la primerarepresa, explorar los ríos para la construcción de nuevas represas  era su estrategia. Irónicamente, al igual que hacemos los guías de pesca, ¡explorar ríos…pero para pescar!

A medida que continuaba investigando los proyectos, para mi gran preocupación, se hizo evidente que involucraban a todos los ríos, grandes o pequeños, donde pescábamos y guiábamos. Cada vez que hablaba con personas que supuestamente debían saber algo sobre el tema, todo lo que obtuve fueron respuestas vagas. "Ah, sí, pero es sólo teórico. Sólo se trata de la viabilidad de construir represas en el área. No es un proyecto real ", o palabras a esos efectos.

A pesar de mi insistencia, no podía obtener una respuesta directa y comencé a pensar que había algo secreto, una agenda oculta. Igualmente perseveré, y todo se hizo aún más preocupante cuando, en 1979, la construcción de otra represa comenzó: la Represa de Alicura finalmente se inauguró en 1985 y realmente sentí el impacto. Inundó gran parte del Río Limay superior y del Río Traful inferior, en los cuales había pescado y guiado. A unos 90 Km de la ciudad de San Carlos de Bariloche, la represa de Alicura convirtió al Limay superior, un gran tramo de río, en un embalse.

Aunque todavía no estaba luchando contra las represas en ese momento, estaba realmente decidido a aprender todo lo que había que saber sobre ellas. Así es como descubrí un proyecto en curso llamado ALICOPA, y que era en realidad un “Complejo”, ya que involucraba la construcción de tres represas. ALICOPA es un acrónimo de Alicura, Collon Cura y Piedra del Aguila. Ya he mencionado a Alicura, en el río Limay Superior, Piedra del Águila estaba en el Limay Medio cerca de una pequeña ciudad del mismo nombre y la tercera represa iba a ser en el río Collon Cura. Y ésta ya era particularmente inquietante puesto que inundaría muchos de los ríos que estábamos pescando, además de hacer desaparecer el Collon Cura completamente.

Como era de esperar, la ubicación planificada para la represa era en una garganta. No hace falta decir que para los ingenieros las gargantas y los cañones son lugares ideales para la construcción de represas. Y ya se había instalado una "estación de aforo", que consistía en un puesto de avanzada, con un medidor de agua y un cobertizo de almacenamiento de herramientas e instrumentos. La comprensión cabal de que el proyecto de las tres represas ya estaba firmemente en camino me cayó como una sorpresa. La represa de Alicura ya había sido terminada y la construcción de la represa de Piedra del Águila (en la estepa, a medio camino entre San Martín de los Andes y la ciudad de Neuquén) estaba casi terminada. Estaba realmente asustado y todo lo que podía pensar era: "¿Cómo diablos hacemos para detener la construcción de la represa de Collon Cura?"

"...Inundará los ríos Malleo, Chimehuín, la mitad del Río Aluminé y mucho más!"

Con la esperanza de continuar creando conciencia y fomentando el compromiso, más tarde fui entrevistado numerosas veces por Flavio H. Correa en nuestra estación de radio local y di charlas en diferentes lugares. También organicé varias proyecciones de una película que Jorge Donovan me había dado  sobre las numerosas represas sobre el río Columbia (EEUU) ingeniosamente llamada "Dammed Forever"*, producida por Trout Unlimited. Y poco a poco, nuestra lucha se hizo conocida no sólo en San Martín, sino también en la zona de Junín de los Andes, Neuquén e incluso Bariloche.

En ese momento no sabía nada sobre la corrupción del gobierno y otros asuntos que luego aprendí en el simposio de San Francisco. Tampoco sabía que las represas de gran escala no son la única opción, que efectivamente existen mejores opciones, amigables con el medio ambiente, pero desde un principio no pude evitar sentir que había algo moralmente incorrecto respecto de todo este tema de la construcción de represas.

Cada vez que hablaba con políticos o ingenieros que estaban a favor de construirlas, recurrían a conceptos abstractos como "Bueno, ya sabés, hay muy poca gente en la Patagonia y esto es para el bien superior, el bien común". Entonces me preguntaba a mí mismo qué significaba todo esto realmente. ¿No debería el bien común incluir la preservación del medio ambiente y delas tierras productivas para las generaciones futuras? ¿Cómo podría ser beneficioso destruir nuestros ríos y valles, nuestras áreas más productivas, nuestras vidas? ¿Y qué hay de los bosques naturalespatagónicos, únicos,y de su vida silvestre? Habría expropiaciones, personas serían expulsadas de sus hogares. Cuanto más lo pensaba, más convencido estaba que era inmoral, independientemente de la cantidad de personas que perjudicaba.

Pude ver las causas y las consecuencias, pero ¿qué pasa con las alternativas? ¿Qué podría reemplazar a las grandes represas? ¿Qué deberíamos hacer en lugar de construirlos?

Estas son algunas de las mejores fuentes alternativas de generación de electricidad:

A- Gasificadores de biomasa, que queman productos de desecho de la producción agrícola (como arroz o cáscaras de maíz) para producir electricidad

B- Aprovechamientos Micro- (<100kw) y pico-hidro (<5 kw) a pequeña escala, que no requieren represas y se ejecutan en el flujo natural del río.

C- Generación solar y eólica.

D- Cogeneración:  una combinación de electricidad, calefacción y refrigeración a partir del calor residual, generalmente adaptada a las necesidades del consumidor. El excedente se puede compartir / vender a clientes cercanos usando sistemas de bajo voltaje.

E- Mareas

F- Gas natural, combustible.

G- Energía eólica, energía solar, celdas de combustible y micro turbinas.

 

 

 

El simposio había terminado y deseaba estar en casa para compartir todo lo que había aprendido y presenciado en San Francisco. No sólo vine armado con libros sino con hechos sorprendentes. Recuerdo mi asombro al escuchar que si todos reemplazaran sus bombillas por las de bajo consumo (lo cual era una novedad en aquel entonces) la energía ahorrada excedería la potencia producida por una gran represa.

Debido a un curioso giro de los acontecimientos, perdí contacto con Mark Dubois que, en consecuencia, no tenía idea de lo que sucedió después de mi regreso a la Patagonia. Déjenme contarles lo que Mark supo¡27 años después!

Tan pronto como pude, me reuní con la gente de San Martín y Junín de los Andes que habían participado en la campaña para parar las represas y contarles todo lo que había aprendido. Mientras se corría la voz, fui abordado por RTN (Radio y Televisión del Neuquén), que producía películas y programas de interés general, se pusieron en contacto conmigo y planeaban entrevistar también a otras personas sobre la amenaza que representaban las represas. Era el único canal de televisión en la provincia en ese momento, así que aproveché la oportunidad, ansioso por hacer pública la información que había traído del simposio. Me sorprendió ser presentado como un investigador sobre el tema.

Los otros entrevistados fueron Alejandro del Valle y Roberto Sacconi, a quienes mencioné anteriormente, como así también Andino Grahn y Elías Sapag. A mi regreso, habíamos celebrado innumerables reuniones donde analizamos la información y discutimos estrategias. Alejandro todavía trabajaba para el gobierno provincial como biólogo jefe y era muy conocedor sobre truchas, salmones y pesquerías (luego estudiaría enfermedades como Whirling y Didymo). Roberto Sacconi, resultó ser un orador verdaderamente convincente. Andino Grahn, un estanciero muy respetado en la zona también fue entrevistado. Y por últimoel senador Elías Sapag, con quien también me había reunido, expresó fuertemente su oposición a la construcción de represas usando frases como: "no pasarán" y "los detendremos". Resultó ser el hermano del gobernador, por lo que fue un gran valor agregado para nuestra causa.

 

 

 

También viajé a Buenos Aires donde asistí a reuniones con políticos de diferentes partidos, incluido el Secretario Nacional de Turismo, Enrique Olivera. Todos dijeron que me apoyarían y "verían qué podían hacer". Como era de esperar, no hicieron nada. Después de todo, a los políticos sólo les importa la cantidad de votos que pueden obtener, y la Patagonia está escasamente poblada.

Casualmente, las represas no eran el único problema al que se enfrentaba nuestra comunidad en ese momento. San Martín de los Andes está ubicado sobre el extremo Este del Lago Lácar, uno de los pocos en la zona que drenan sus aguas a través de la Cordillera 

 

 

y Chile hasta llegar al Océano Pacífico. Todas las aguas residuales iban directamente al lago y se estaba contaminando. Un científico llamado Francisco Rossi fue contratado para estudiar y resolver el problema. Era un experto reconocido, muy respetado y una persona honesta y afable.

Conocí a "Chacho", como se llamaba cariñosamente al Dr. Rossi, en una reunión a la que ambos fuimos invitados (en la casa de Theron Taylor). Era un gran conversador y sabía todo sobre el simposio en San Francisco, Mark Dubois, Patricia Adams, e incluso sobre los libros que había traído. ¡Yo estaba totalmente asombrado!

 

Cuando escuchó la grabación de mis discursos en el simposio y la Universidad de Berkley, se entusiasmó y dijo: "Esto es increíble, trajiste todo este conocimiento y ahora tenemos que transmitirlo y enseñar a la gente, contarles todo lo que necesitan saber”. Él pensaba que yo era un privilegiado al haber participado en uno de los foros más importantes del mundo sobre represas y ríos. Él entendía exactamente cómo me sentía, compartía mis puntos de vista y se ofreció a apoyarme y ayudarme. Esto significaba mucho para mí, ya que él era altamente estimado y respetado tanto los políticos como por la gente.

 

 

 

Otra figura clave en nuestra lucha para detener las represas fue el intendente de San Martín de los Andes, Raúl Miguel, conocido por todos como Rauli. Como suele ser el caso en las comunidades pequeñas, él era simplemente un vecino normal, dueño de una tienda de auto partes y de un hotel de gestión familiar, y había sido elegido intendente por cuatro años. Como hacía mucho tiempo que éramos amigos, él estaba abierto y receptivo a mis explicaciones sobre el peligro que representaban los proyectos de represas para nuestra ciudad y la región.

 

 

 

Durante una de nuestras reuniones, se le ocurrió una idea brillante. "¿Por qué no llamamos a la gente de Hidronor y les pedimos que hagan una presentación?", sugirió. La estrategia fue atraerlos diciéndoles cuán entusiasmados estábamos con su proyecto ya que creíamos que aportarían progreso y bienestar a la comunidad, y cuán importante era que se conociera su trabajo para el bien común y todo lo demás. Chacho Rossi, que también estaba en la reunión, se dio cuenta rápidamente de que era un excelente plan. 

 

 

 

"Sí, llamémoslos y una vez que nos hayan contado todo sobre los proyectos de represas, será tu turno de hablar, Jorge". Aunque traté de persuadirlo para que él también hablara se negó, insistiendo en que ése debería ser mi gran día dado que yo había estado en San Francisco y tenía tanto el conocimiento como la pasión para hacer un fuerte argumento en contra de las represas. Él prometió sentarse a mi lado y ayudarme si fuera necesario.

El intendente se puso en contacto con la gente de Hidronor, los invitó a presentar sus fabulosos proyectos y cándidamente agregó que dos estimados vecinos (el Dr. Rossi y yo) que estaban interesados en el tema se unirían a ellos y probablemente harían un comentario final. Se tragaron la carnada con el anzuelo y la boya, no tenían idea de lo que les aguardaba.

Se hicieron anuncios en los medios públicos, incluida la televisión, invitando a funcionarios del gobierno, miembros del Concejo Deliberante y la gente de San Martín y la vecina Junín de los Andes. Los medios locales cubrirían el evento.

El gran día finalmente llegó y pronto el salón estaba lleno a rebosar. Aunque estaba acostumbrado a hablar en público y estaba seguro de poder refutar cualquier argumento que presentaran, no pude evitar sentirme un poco nervioso. Después de todo, éste era el lugar que consideraba mi casa y había mucho en juego.

 

 

 

Todo salió como lo habíamos previsto. Los representantes de Hidronor expusieron todos sus proyectos, completamente, especialmente el “Complejo Alicopa”, enfatizando los sobresalientes beneficios a nivel local y nacional. Pronto, el momento había llegado, era mi turno de hablar. Comencé explicando por qué lo que se había dicho era una falacia, un concepto falso y por qué las represas, lejos de ser buenas, eran extremadamente dañinas. Pasé de la filosofía a hechos innegables. Revelé las razones reales de su construcción, de dónde venía el dinero, a dónde iba, quién era el elegido para construirlas, y especialmente por qué Hidronor tenía que continuar diseñando proyectos para sobrevivir como entidad a cualquier costo. Agregué que, lamentablemente, éste era un patrón existente en todo el mundo y proporcioné ejemplos de otros países. Huelga decir que fui muy minucioso en mi explicación de las nefastas consecuencias en nuestra región. El mapa sería alterado para siempre; nuestros queridos ríos y valles desaparecerían como lo haría su vida silvestre, además del grave efecto en la vida de las personas.

Mi sentido discurso fue interrumpido varias veces por rondas de aplausos que obviamente hicieron que la gente de Hidronor realmente se sintiera incómoda. Estaba claro que no podían hacer nada para contrarrestar mi refutación de sus argumentos y, animado por la respuesta tan positiva de los asistentes, incluida quien sería nuestra futura intendente Luz Sapag (que en ese momento era Secretaria de Gobierno), miembros del Concejo Deliberante y otros funcionarios del gobierno, concluí mencionando la existencia de numerosas fuentes de energía alternativas no-destructivas. Como había predicho Chacho Rossi, era mi gran día.

 

 

 

A pesar del resultado exitoso de la presentación, no era el momento de descansar en nuestros laureles. Rápidamente se creó una comisión constituida por las personas que participaron activamente desde el principio, así como algunas adiciones importantes a nuestra causa (incluyendo a Luz Sapag representando a la Municipalidad de San Martín).

Ganar el apoyo de los municipios de San Martín y Junín de los Andes (cuyo intendente era Julián Larroulet quien ardientemente apoyaba nuestra causa) y otras ciudades de la región cuyos ríos se verían afectados por las presas había fortalecido nuestra posición. Había llegado el momento de pasar a un nivel superior. Contactamos a Felipe Sapag, el gobernador de la provincia, y programamos una reunión.

Como político experimentado, rápidamente comprendió el beneficio de ayudar a una causa popular como ésta. Como mencioné antes, pertenecía a un partido provincial, no nacional, y era conocido por oponerse a políticas nacionales en defensa de nuestra provincia. Considerando que los ríos que intentábamos salvar eran de jurisdicción provincial, el gobernador tenía poder político para determinar qué se podía o no se podía hacer. Así fue que estuvimos encantados y deslumbrados cuando nos enteramos que el gobernador efectivamente aprobaría un decreto prohibiendo a Hidronor llevar a cabo proyectos en nuestros ríos sin el consentimiento y la autorización de la Provincia del Neuquén.

El decreto fue aprobado. Todos los trabajos en las represas se detuvieron. Sin embargo, no estábamos seguros de si habría alguna reacción. Aunque parezca increíble, el tiempo pasó y no pasó nada. De hecho, Hidronor finalmente fue desmantelada. ¡Y eso fue todo!

Habían pasado 8 o 9 años desde que vi los folletos en la oficina de turismo, lo que me llevó a estudiar e investigar sobre la amenaza de las represas, viajar de la Patagonia a San Francisco y volver, organizar reuniones, dar discursos y mucho más. Durante estos años conocí y entablé amistad con muchas personas sobresalientes cuya valiosa ayuda y compromiso salvaron nuestros preciados ríos. ¡Nos habíamos convertido en guerreros de los ríos!

Es por esto que todavía podés venir a pescar estos espléndidos ríos de la Patagonia. Es por eso que podés navegar por Google Earth y ver que los magníficos ríos Chimehuin, Malleo, Collon Cura, Aluminé, Caleufu y Traful aún están aquí para ser disfrutados por todos los que amamos los ríos.

 

-Jorge Trucco

 

 

 

*”Dammed” es un juego de palabras. Se pronuncia igual que “damned”. Damned quiere decir “maldito” o “maldecido”, mientras que dammed significa “endicado” (que se le puso un dique o represa). Al pronunciar “Dammed Forever” suena como “Damned Forever”. Y en este caso una cosa prácticamente significaba la otra.

 

*Danny Weinstein era un conocido juez en San Francisco que años después resignó su puesto de juez para dedicarse a la mediación. Se transformó en un famoso mediador internacional que intervino en disputas que incluían desde guerras entre países hasta controversias en la NBA. Hoy es una persona reconocida y famosa.

 

 

 

Río Caleufu
Bob Solomon, Bebe Anchorena, J. Trucco, Don Williams - Boca Chimehuín - 1980
1979
Represa el Chocón
Obra represa el Chocon - 1975
Mark Dubois
Universidad de Berkeley
Universidad de Berkeley
Protesta en la ruta - 1986
Flotando el Collón Cura - 1980
Malleo inferior en la actualidad
Malleo inferior, si las represas hubieran sido construidas.
Collón Cura en la actualidad.
Segmento que quedó sin embalsar.
Con Lefty Kreh en Malleo
Universidad de Berkeley
San Francisco - 1988

El primer día, se les pidió a los participantes que se presentaran, dijeran de dónde venían y por qué asistían al simposio. Cuando llegó mi turno, lo hice y expliqué, con tanto detalle como pude, lo que había averiguado sobre los planes del gobierno y finalicé mi discurso diciendo: “Bueno, estoy aquí, estamos aquí, porque estamos buscando ayuda. No sabemos cómo parar esto”.

Me alegré de sentir el apoyo de tanta gente, incluidos Mark Dubois y Patricia Adams. Ella me animó a seguir dando discursos, estudiando y luchando. Por otro lado, me sorprendió escuchar lo que sucedía en otros países y tomé notas de los discursos que escuché.

El simposio también fue una oportunidad para familiarizarse con la bibliografía sobre el tema. Regresé a la Patagonia con un bolso lleno de publicaciones relacionadas con las represas. Entre ellos se encuentran los dos libros clave que desempeñaron un papel esencial en mi lucha contra las presas: “Los efectos sociales y ambientales de las grandes represas” por Edward Goldsmith y Nicholas Hildyard y, el ya mencionado “En nombre del progreso – El lado oscuro de la ayuda exterior” por Patricia Adams y Lawrence Solomon. Todavía tienen un lugar especial en mi biblioteca.

VÍDEOS DE PESCA CON MOSCA

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